jueves, 14 de mayo de 2009

"MOJAMEH MAXXX"


Javivi Ordóñez Muñoz siempre había sido un exhibicionista de primera.
Desde su infancia traviesa correteaba detrás de las niñas del cole, bragueta abierta, mostrándoles a todas que Dios (Alá en su caso) se había portado muy bien con él. En su Ceuta natal ya todos lo conocían como “picha brava”. Con su corta edad “aquello” comenzaba a asomar con fuerza, como si de una de las siete maravillas del mundo se tratara. Adolescencia feliz. Y no lo dudarías si hubieras visto en primera persona lo que atesoraba, siempre medio despierto, entre sus piernas. Como si fuera un trípode con cámara incluida, retrataba en su memoria la cara de alguna chica que le gustaba (preciado cebo), octuraba y se la llevaba “de calle” a pesar de que la belleza no era su punto fuerte. Era una pena, porque con semejante miembro, una cara y un cuerpo agraciado le hubieran sido suficiente para comerse el mundo. Pero se conformaba (no le quedaba más remedio) con merendarse enterita a toda esa Ceuta racial que ya se le empezaba a quedar pequeña. Una cosa tenía clara, donde ponía el ojo, ponía “su” bala.
Al cumplir los 22 años, con una adolescencia mucho más feliz que su infancia (imagínense porqué) y con una cierta inclinación hacia los de su mismo sexo, decidió independizarse. Vivir su propia vida, devorarla con hambre y sólo, con apetito de un joven de pueblo, normalito en su físico, con una descomunal y venerada sorpresa que mostrar al mundo. Quería sacarle el máximo partido a una gran ciudad, y probarla a base de buenos polvos y excelentes revolcones. Cuando digo devorar hablo literalmente. Se le antojaba ya desde pequeño la idea de dedicarse al mundo del porno. Cosa bastante improbable si mirabas su cara, su cuerpo atlético pero demasiado jovial... y para de contar. Jeff Striker era su actor fetiche. Las paredes de su cabeza estaban empapeladas de posters de él, su ídolo. Quería convertirse en el nuevo Jeff del siglo veintiuno aunque este sueño lo tenía bastante lejano, dada la cualidad de la que carecía. Una gran capital era el sitio adecuado para encausar su meta. Todo en él era grande: su ilusión, sus ganas, su agridulce alegría, su “mejor amigo”.
Desde que puso un pie (el derecho) en Madrid supo que esta urbe le abriría muchas puertas. Lo que nunca supo es que terminaría amado a esta ciudad, queriéndola tanto como si hubiera nacido allí, entre el Oso y el Madroño, entre Hortaleza y Chueca. Era un chaval atento y animado ante tanta nueva información citadina, sorprendido aunque no ingenuo. Su sex appeal brillaba por su ausencia, el acné comenzaba a hacer mella en él. En cambio, el destello de su cremallera con aquella belleza colgando iluminaba su paso, aunque de un callejón oscuro se tratara. Por este motivo siempre hacía el amor con las luces apagadas. Todo era claridad una vez bajada (la luz y su cremallera). Inmejorable llave guardaba cerca de sus bolsillos, calentita. La mejor herramienta para abrir puertas si no eres muy agraciado en una ciudad que está a punto de devorarte.
Y con la gran capital llego el desechar definitivamente aquellos femeninos cuerpos y rendirse ante los torsos velludos de los chicos de la escandalosa Madrid de finales de los 90.
En una gran ciudad, con semejante aparato, es fácil hacerte popular en lo que canta un gallo. Y Javivi no fue una excepción. Decidió dar el paso a encarrilar su vida. La noche le pudo, y se presentó en casi todas las discotecas (benditos templos para él) aunque su cara, inoportuna carta de presentación, hacía que le jugara malas pasadas, y nunca lo llamaban. Según los que “cortaban el bacalao” en las salas de fiestas, él no reunía los requisitos que allí exigían. Dígase belleza, a pesar de que no había ritmo que se le escapara a sus caderas sandungueras.
Entre la interrogante de si lo llamarían o no para amenizar cualquier cotarro enseñando su cuerpecillo (que había ganado en dureza y forma) y las ganas enormes de poner sus pies, danzando, en cualquier altura superior a los cuarenta centímetros, dígase podium, pasaron tres lentos años. No los sentía como años perdidos. Coleccionaba en su body mucho carnaval. Su alegría era vivir, y estaba convencido que había llegado a esta tierra (sus días) para vivir regalando alegría a los demás. Interprétalo como quieras.
Un día de enero, hace apenas dos años, se cruzó en su camino un director de cine para adultos, o sea, porno, y le hizo una propuesta. Javivi no lo dudó mucho. Llegaba su momento. Y en un mes exacto estaba en Karim Studio, haciendo un casting para ser parte de “ellos”, y enseñarle de una vez al mundo lo mucho que valía. No era la manera más apropiada. Lo sabía. Cada uno utiliza las armas que tiene y puede. Él tenía un plan para su vida..
Días después, Javivi Muñoz se convirtió en Mojameh Maxxx.
Enseñado su miembro llovieron las ofertas, granizos de portadas, y en un año había rodado ocho películas. Todo un récord para un chico de provincias, no muy guapo, que estaba acaparando toda la escena gay. Ahora todo el mundo sabía quien era, y él era feliz con su victoria.
El día más feliz, según recuerda, fue aquel en que un famoso presentador de televisión se había puesto en contacto con él para participar como tertuliano en un debate (“Chilabas y fulares”) donde necesitaba varios puntos de vista de cómo navegaba este país del que se sentía propietario, anfitrión y deudor. No me negaréis de que Javivi (Mojameh para los entendidos) era muy mediático, actual y polémico. El chico ideal para este espacio de máxima audiencia. Entre sus orígenes, su erótico presente, su nueva fama, llovieron contratos en otros muchos programas. Y aun ronda por la tele, haciendo gala de una inteligencia que se pierde cuando le miras a la cara, (su punto débil), pero que él sabe (como muchos ya) que está ahí. Era y es extremadamente inteligente. Y ahora exhibicionista de su bello interior, cosa que lo convierte en más interesante aún.
Cual ha sido su sorpresa cuando hace un par de días lo han elegido para que represente a su ciudad natal, su Ceuta, en Mister Gay Facebook.
Siempre ha odiado los concursos, quizás porque nunca ha ganado nada. Y les mentiría si les dijera que no le hace ilusión. Intenta seguir con su vida, queriéndose, sin hacer demasiado caso a estos certámenes donde la belleza está por encima de todo. Nada que hacer. No se detiene demasiado, ni se cree la veracidad de tal acontecimiento, porque sabe que con su cara pocos paraísos tienen reservados para él. Si él supiera...
Lo que si sabía era que ya había ganado su premio mayor, y día a día contribuía a darle mas valor desde su realidad, con su cara lavada. Tampoco hacía caso a los insultos gratuitos que desde este portal le susurraban supuestos “amigos” y otros no tanto. A veces a los gays les puede la envidia. El no era así. Él era una excepción. Bastante tenía con lo suyo. Se había labrado su futuro sólo, con muchos callos. Sabía lo que valía, y no hace caso a cobardes comentarios travestidos en quiero y no puedo. Mira sólo adelante y sigue con su vida.
Hoy, Mojameh Maxxx, prepara disciplinadamente una exposición de pintura. Nueva afición que ha descubierto hace poco tiempo, y en la que se defiende bien, porque hoy, Mojameh Maxxx es un ser muy famoso, carne del mariconeo a gran escala. Icono de la moda, imprescindible personaje de la tele. Las revistas se pelean por enseñar sus cuadros, y no hay un magacín rosa en el que no se hable de él desde la admiración, desde el deseo..


Y cuando va por la calle le miran a la cara. Puertas abiertas hacia su popularidad. Él responde, atentamente, con una mueca fresca parecida a una sonrisa. Y esto, al igual que sus cuadros, no tiene precio.

Hoy dibuja un nuevo cuadro (realista y abstracto). Un valle lleno de girasoles, mucho sol, su cara en primer plano. En la esquina superior derecha puedes ver a un chico musulmán feliz, gay, sonriente, sembrando una semilla de una nueva planta que hace poco ha descubierto (a pesar de lo añeja) llamada FELICIDAD. Se aferra a la tierra e ilumina al sol.
Hoy, con su nueva sonrisa, cuerpazo incluído, Javivi Ordóñez Muñoz sigue teniendo un apetitoso plan para su vida.






JAVIER BRAVO
barcelona, 20 de febrero de 2009

1 comentario:

Krudas Cubensi dijo...

ese me gusto mucho ...se parece al historia de muchas y muchos de nosotras jajajaja .